Icono de San Agustín de Hipona
Icono de San Agustín de Hipona
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Icono de San Agustín – maestro de sabiduría, conversión y verdad interior
Este icono representa a San Agustín de Hipona, uno de los pensadores más influyentes de la historia cristiana, Doctor de la Iglesia, filósofo, pastor y testigo de la gracia. Lo vemos en pie, revestido con ornamentos episcopales, sosteniendo el báculo como pastor del pueblo y el libro del Evangelio levantado con firmeza, símbolo de la Palabra que iluminó su vida y su pensamiento. La aureola dorada brilla alrededor de su cabeza y el fondo dorado refleja la gloria eterna, creando un ambiente de luz que no envejece.
La imagen comunica autoridad, pero no dureza; sabiduría, pero también cercanía. Agustín no aparece distante, sino como alguien que comprendió la fragilidad humana porque él mismo la vivió. Su vida es un puente entre la inquietud del corazón y la paz encontrada en Dios.
¿Quién fue San Agustín?
Nació en Tagaste, en África del Norte, hijo de una madre cristiana –Santa Mónica– y de un padre pagano. Desde joven mostró inteligencia brillante, facilidad para el estudio, talentos retóricos que lo llevaron a la fama. Sin embargo, una pregunta ardía dentro de él: ¿dónde está la verdad que no cambia?. Buscó satisfacción en el placer, en el prestigio, en filosofías diversas. Pero cuanto más obtenía, más vacío se sentía.
Su madre rezó por él durante años, con lágrimas y fe. Finalmente, el Señor tocó su corazón y Agustín vivió una conversión profunda. Fue bautizado, se ordenó, se convirtió en obispo de Hipona y escribió obras que transformaron la teología occidental: Las Confesiones, La Ciudad de Dios, homilías y tratados que aún hoy guían al mundo creyente.
Este icono, contemplado con calma, permite recordar su mensaje central: solo en Dios descansa el corazón humano.
Arte sacro en madera de tilo dorada – calidad que perdura
El icono está realizado sobre madera maciza de tilo, material tradicional en la iconografía sagrada. La tabla es preparada con imprimación y luego recubierta con pan de oro, un fondo que simboliza la eternidad y la luz divina. La imagen se imprime con tecnología UV directa sobre el oro, lo que garantiza nitidez, colores intensos y una durabilidad excepcional.
Cada reflejo de luz sobre el dorado parece dar vida al icono. Según el ángulo y la iluminación del ambiente, el rostro de Agustín respira más solemnidad, más ternura, más profundidad. Está listo para colgar, sin necesidad de marco. Es una pieza destinada no solo a decorar, sino a inspirar y acompañar.
¿Para qué tener un icono de San Agustín en casa?
Porque es guía para quienes buscan sentido. Es compañero para estudiantes, teólogos, profesores, sacerdotes, pensadores, jóvenes que dudan o adultos que desean crecer espiritualmente.
Frente al icono uno puede abrir la Biblia, meditar, escribir, estudiar, pedir luz cuando el corazón está confundido. Agustín enseña que la fe no contradice la razón; la eleva. Que la inteligencia, cuando se ofrece a Dios, se convierte en oración.
En un salón, un despacho, una biblioteca, un rincón de oración, este icono aporta paz. Por la mañana invita a comenzar con claridad; por la noche ayuda a entregar preocupaciones al Señor.
Un regalo espiritual de profundo valor
Para sacramentos, vocaciones, confirmación, ordenaciones, aniversarios o etapas nuevas de vida espiritual, este icono es un regalo que permanece. Quien lo recibe siente que se le entrega más que un objeto: se le entrega luz.
Es un mensaje silencioso que dice: Busca la verdad, confía, no temas preguntar. Dios no le tiene miedo a tu inteligencia, porque fue Él quien te la dio.
Contemplación y sentido
El báculo recuerda al pastor que guía; el libro representa la Sabiduría divina; el oro es cielo abierto. San Agustín, firme pero sereno, parece pronunciar aún hoy aquella frase eterna:
“Nos hiciste para Ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta descansar en Ti.”
Mirarlo es aprender. Contemplarlo es entrar en silencio. Tenerlo en casa es permitir que la luz de Dios dialogue con la mente y con el alma.
Este icono no solo se mira: se medita. Y con el tiempo, quien lo contempla se transforma.
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Formatos disponibles
Formatos disponibles
- 10 x 15 cm (3.93" x 5.90")
- 15 x 20 cm (5.90" x 7.87")
- 20 x 25 cm (7.87" x 9.84")
- 30 x 40 cm (11.81" x 15.74")
- 40 x 50 cm (15.74" x 19.68")
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